
En este refugio masculino, las paredes de ladrillo expuesto son testigos silenciosos de historias pasadas. La luz suave resalta la madera natural, creando un ambiente acogedor. Cada rincón invita a la reflexión, mientras una guitarra descansa, esperando melodías por componer.
En este refugio masculino, las paredes de ladrillo expuesto son testigos silenciosos de historias pasadas. La luz suave resalta la madera natural, creando un ambiente acogedor. Cada rincón invita a la reflexión, mientras una guitarra descansa, esperando melodías por componer.