
En esta habitación, donde el terciopelo se encuentra con la madera pulida, los muñecos vivientes esperan con miradas de anhelo. ¿Acaso no son ellos los verdaderos custodios de los secretos de esta vida? La ironía de su existencia radica en que, aunque son de madera y tela, sienten más que muchos humanos.
En esta habitación, donde el terciopelo se encuentra con la madera pulida, los muñecos vivientes esperan con miradas de anhelo. ¿Acaso no son ellos los verdaderos custodios de los secretos de esta vida? La ironía de su existencia radica en que, aunque son de madera y tela, sienten más que muchos humanos.