
En este espacio, el concreto se convierte en un lienzo sonoro, donde las paredes absorben melodías y reverberaciones. Las cortinas, como un susurro, añaden un toque de calidez, creando un refugio perfecto para la creatividad musical.
En este espacio, el concreto se convierte en un lienzo sonoro, donde las paredes absorben melodías y reverberaciones. Las cortinas, como un susurro, añaden un toque de calidez, creando un refugio perfecto para la creatividad musical.